Cuando tengo ganas de evadirme de este planeta
me voy a otros.
Lo hago con o sin alas porque es mi mirada la que me traslada a ellos.
Urano
no está nada mal.
Veo blancura
pero es extrema.
Quizás porque sea
el primer dios supremo según los griegos.
Júpiter
no me llama mucho la atención
porque es el planeta más grande
y yo soy de detalles pequeños.
También porque su nombre
tampoco me encandila.
Saturno
me gusta
porque es el que tiene más temperamento.
Y a mí me gustan
las cosas con carácter, coraje y personalidad.
Su composición es dudosa
pero se sabe que hay agua
y yo soy de mar.
Mercurio
me crea estados de locura desmesurada.
Me gusta pero a veces
tengo estados febriles
demasiado altos.
Marte
me gusta y no me gusta.
Me gusta por su color rojizo.
No me gusta
porque de él deriva
mi odiado día de la semana.
...Martes.
Neptuno
me enamoró.
Tuve un flechazo en toda regla.
Quizás porque según la Mitología Griega
era Poseidón, el Dios del Mar.
El que hace temblar a la Tierra
por si ésta se desmesura
con tanta guerra y tan poca paz.
Plutón
nunca me decepciona.
Aunque haya dejado de ser planeta.
Es el "Dios Invisible".
Y me gusta la gente que pasa desapercibida
con carisma
y no hacen alarde de ello.
Venus
Ese planeta se me resiste.
Y mira que algunas personas me han dicho
que tengo cuerpo
de Venus.
No sé
tendré que revisar
mi vista al oculista
para verme
como es debido
y así poder llegar
con o sin alas
a ese "Planeta de la Belleza".
Escrito por María del Río.
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