Abro el Armario de la Vida.
Lo miro.
Lo vuelvo a cerrar.
Quizás por miedo.
Quizás por impotencia.
Al día siguiente lo vuelvo a abrir.
Lo miro.
Y esta vez, más que decidida, no lo cierro.
Hurgo en él.
Con dolor, claro.
Con tránsitos de ánimo que se mezclan segundo a segundo.
Utilizo insecticidas completamente naturales, los del corazón.
Es necesario descatalogar "muebles viejos".
Al fin y al cabo no son tan "vintage" como creía.
No son dignos de un Anticuario de los de verdad.
Y mira que me gusta restaurar muebles.
Pero a veces eso es imposible.
Renovar.
Pero nunca "sustituir" por muebles de Ikea
que no dudo que sean muy prácticos y a un precio asequible
pero es que aquí estamos hablando de la Vida.
Descatalogando.
Escrito por María del Río.
Lo miro.
Lo vuelvo a cerrar.
Quizás por miedo.
Quizás por impotencia.
Al día siguiente lo vuelvo a abrir.
Lo miro.
Y esta vez, más que decidida, no lo cierro.
Hurgo en él.
Con dolor, claro.
Con tránsitos de ánimo que se mezclan segundo a segundo.
Utilizo insecticidas completamente naturales, los del corazón.
Es necesario descatalogar "muebles viejos".
Al fin y al cabo no son tan "vintage" como creía.
No son dignos de un Anticuario de los de verdad.
Y mira que me gusta restaurar muebles.
Pero a veces eso es imposible.
Renovar.
Pero nunca "sustituir" por muebles de Ikea
que no dudo que sean muy prácticos y a un precio asequible
pero es que aquí estamos hablando de la Vida.
Descatalogando.
Escrito por María del Río.
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