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martes, 18 de diciembre de 2018

Selfie

Sí. Es el típico selfie de las narices.
Pero intento ir más allá de todo esto.
Mirarse al espejo es necesario. Por estética está bien pero para hacer un balance de ti mismo es aún mejor.
Últimamente no me he querido mirar mucho. Pero hoy sí. Me veo más guapa. Guapa en sabiduría que es lo que me gusta. He caído y me he levantado unas cuantas veces. Me he replanteado si soy válida otras tantas. He querido ser feliz proyectando ciertos deseos y algunos no los he conseguido. Otros sí, pero me ha costado verlo. He estado a las puertas de uno de mis grandes sueños pero a mi lado también había alguien que quería lo mismo que yo. He vivido el terror de pensar que una persona imprescindible en mi vida se me iba antes de lo esperado pero de momento se queda. Mis mimos y mi entereza hicieron algo quiero creer. He reído, he llorado y también me he sorprendido de la gran energía que tengo. Me he enamorado de platos culinarios nuevos y de personas diariamente. Todo esto no es un balance porque acaba el año. Es una explicación a este maldito selfie que me acabo de hacer.
Simplemente para deciros que mirarse es necesario de vez en cuando pero no me refiero al ombligo. Sino al intelecto.

Escrito por María del Río.
 

No lo sé

No sé cómo acabará todo esto, así que de momento no va a haber un "." al final
Escrito por María del Río.

martes, 27 de noviembre de 2018

Los dichos

Si si.
La vida da muchas vueltas pero yo todavía no he dado una contigo.
Escrito por María del Río.

sábado, 24 de noviembre de 2018

El Juego

Jugábamos.
Hasta que uno de los dos sintió.
Jugábamos.
Hasta que el otro evitó.
Jugábamos.
Y todo acabó.
Escrito por María del Río.

Sueños

En los sueños es tan fácil expresar los sentimientos.
Hasta que suena la alarma.
La alarma de la realidad.
Escrito por María del Río.


La Espera

Que diferentes son las esperas.
Una espera a un beso más que deseado o una espera a un diagnóstico.
Por ejemplo.
Escrito por María del Río.

IMPERFECTO

Siempre he sido así.
Siempre he amado lo imperfecto.
En todos los sentidos.
Recuerdo que cuando tenía 14 años me fijé en un chico por una cicatriz que tenía en la ceja. Y me enamoré de ella y segundos después de él. De esa imperfección tan perfecta. Así soy yo. La belleza extrema me sorprende y me aburre a la vez pero lo imperfecto me atrapa.
Y por eso, esta cuchara que tengo en mi casa, es así. Imperfecta.
Como yo.
Escrito por María del Río.

sábado, 27 de octubre de 2018

Frío

El frío me bloquea en todos lo sentidos pero no para pedirte que me desnudes.
Escrito por María del Río.

La seducción matizada

¿Qué quieres?
Perderme dentro de ti.
¿Y después?
Conseguir responderte (sin miedos ni corazas) lo mismo que en la anterior.
Escrito por María del Río.

lunes, 15 de octubre de 2018

Contradicciones

Plantearme qué es la Nada me provoca angustia.
Pero plantearme qué el Todo me provoca saturación.
Por eso plantearme no cuestionarme tanto me provoca liberación (a veces claro).
Escrito por María del Río.

Casa

Cada casa en la que he vivido ha marcado un antes y un después en mi vida.
Mi infancia y una rebelde adolescencia la viví en Barcelona. En una casa donde podía ver el mar desde el salón y la montaña y el Tibidabo desde mi habitación.
En esa casa descubrí que mi timidez iba acompañada de tener una gran habilidad para comunicarme. Escribiendo, bailando y también soñando. Pude sentir que la soledad me gustaba y no me asustaba y pude oler y degustar lo que es tener una amistad inquebrantable desde los 2 años hasta ahora con ella. Carla.
Mi adolescencia me trajo curiosidad en todos los sentidos. Mis primeras caladas fueron en la ventana de mi habitación y la sensación posterior a besar también. Descubrí lo maravilloso que es el sexo, revolucioné mis emociones y empecé a intuir lo que quiere decir la palabra Amor y cuántas variantes tiene, incluida el Desamor.
Mis 22 fueron en una casa minúscula en el barrio de La Latina de Madrid. Fui feliz. Me reencontré, se abrió un abanico de sensaciones y pude volver a hablar de vivencias que no quería que se despertaran de la siesta.
El teatro me dio la vida y conocí mis carencias pero mis virtudes también.
Mi otra casa fue en la Calle Mayor.
Ahí viví 8 años con amigos que a día de hoy siguen dándome complicidad y amistad inmedible. Esa casa siempre estaba llena de gente y vida. Le pusimos un cartel llamado "Pensión Mayor".
En mi casa posterior hubo turbulencias pero después de eso aprendí que yo también me merezco que me quieran incondicionalmente. Y así fue.
Y por último, mi última casa (un balcón de los de la foto) me ha dado lo más importante.
Aceptarme tal y como soy.
Bendita aceptación.

Escrito por María del Río.

sábado, 6 de octubre de 2018

Podría

Podría mandarte a la mierda pero no me da la gana tener que recordarte.
Quiero estar TE.
Escrito por María del Río.

martes, 4 de septiembre de 2018

Epidemias

¿Cómo estás?
Bien, acabo de vacunarme.
¿De qué?
La vacuna del egoísmo y la soberbia.
Yo ayer me vacuné de la frustración y los likes.
Malditas epidemias.
Escrito por María del Río.

domingo, 2 de septiembre de 2018

Mucho más que eso

Hola. ¿Tú que eres?
¿Productora, actriz, cantante, periodista?
Soy persona.
¿Estoy a tu altura?
Escrito por María del Río.

3

Si te dieran 3 vidas, ¿qué harías?
En una sería guía de viajes.
En otra escritora.
Y en la tercera querría no tener que olvidarte.
Escrito por María del Río.

sábado, 1 de septiembre de 2018

Curriculum Vitae

CV
100 K.
Escrito por María del Río.

Fóllame

Fóllame lentamente y altérnalo con más velocidad.
Cómeme las palabras y bésame las exclamaciones.
Fóllame.
El intelecto.
Escrito por María del Río.

Te Dejo

Sí.
Te dejo.
Me atraviesas.
Me excitas.
Me valoras.
Me inquietas.
Me llenas mis recovecos.
Por eso te dejo.
Te dejo que me quieras (un rato).
Escrito por María del Río.


Momentos

En estos momentos no me comas la cabeza con palabras, comas y puntos.
A mi, cómeme la boca y punto.
Escrito por María del Río.

domingo, 10 de junio de 2018

Maestría

Maestría la tuya en trastocar y alborotar mi vida.
Pero para maestría, la mía. Que te pude olvidar un minuto despúes.
Escrito por María del Río.

jueves, 17 de mayo de 2018

Que lo sepas

Si salieras de tu burbuja te darías cuenta que has dejado de importarme.
Ya no me sorprenden tus maneras de actuar ni tus formas.
Sé que te jode lo que escribo y cómo lo digo.
Te repatea que ría.
Me están desnudando otros y me gusta. Tienen más garra y menos victimismo.
Si te veo ya no palpito de esa manera que me destrozaba.
Empiezas y estás acabando siendo indiferente para mi.
Lloro. Sí. Pero no contigo. Y de la risa por cierto.
No me seduces nada. Tan sólo para pronunciarte. Tu nombre suena bien.
Y sí. Sé que siempre formarás parte de mi vida y de la de muchos.
Eres así. Persistente.
Pero no imprescindible.
Para nada.
No me encandila tu humor y para nada quiero follarte.
No. Ya no.
Ya no necesito olvidarte porque en realidad nunca te eché de menos.
Si me necesitas, podré hablar el rato que dura un semáforo en ponerse verde.
Pero no voy a caminar contigo.
Cuídate "Tristeza".

Escrito por María del Río.

domingo, 13 de mayo de 2018

Hazlo

Hazlo otra vez.
Estírame, desmenúzame, muérdeme, aráñame, bésame, sedúceme, inclíname, tuérceme, susúrrame, silencia, habla, juega, modúlame, incítame, inclúyeme, exásperame, agárrame, deséame, odiame, quiéreme ese tiempo, salíbame, húrgame, exprímeme, súdame e inhálame.
Hazlo, que yo también lo haré.
Luego vete si quieres.
No te preocupes.
En la última revisión de sentimientos, el médico me dijo que tenía las defensas muy altas y que no cree que pille algún virus sentimental.
Me enamoro y desenamoro cada día.

Escrito por María del Río. 

sábado, 12 de mayo de 2018

Caprichosa

Soy caprichosa.
Caprichosa de verbos cocretamente.
Escribir, escuchar, leer, mirar, reir, llorar, discutir, querer, empatizar, chinchar, seducir, convencer, jugar, experimentar, saltar, bailar, sentir, follar, hilar, disfrutar, morder, arañar, encandilar, revolotear, sosegar, saciar, respetar, dejar, apostar, arriesgar, hacer, solucionar, silenciar, resolver, viajar, aprender, desaprender, retener, soñar, recordar, acariciar, levantar (se), expresar, ser, entender, regalar y agradecer.
Sí. Soy muy Caprichosa.
Caprichosa del verbo VIVIR.

Y ahora tiraré la pelota e incluiré otro verbo: Acertar.
Escrito por María del Río.

lunes, 7 de mayo de 2018

La Compra

Necesitas que te compre algo en el super?
Sí.
Un corazón nuevo.
Pero por favor no me vuelvas a coger el de la sección de congelados.
Lo quiero fresco.
Gracias.
Escrito por María del Río.

viernes, 4 de mayo de 2018

A ver

A ver si aprendemos a desnudarnos.
Desnudarnos de palabras indiferentes.
Desnudarnos de miedos.
Desnudarnos de corazas absurdas.
Desnudarnos de dudas.
Desnudarnos de reproches.
Desnudarnos de ataques.
Desnudarnos de imposiciones.
Y sigamos desnudos después.
Escrito por María del Río.

miércoles, 2 de mayo de 2018

SIN

Quiso decirle muchas cosas pero empleó mal las preposiciones.
Dijo un "sin" en vez de "con".
Y se jodió todo.
Pero él no le creyó.
Bendita seguridad la de él.
Escrito por María del Río.

martes, 1 de mayo de 2018

YA

Cuando te das que cuenta que YA.
Que ya no respiras de la misma manera.
Que ya no revoloteas con ganas.
Que tu impulsividad no vuelve al Play.
Que tu frescura se ha vuelto tímida.
Que tus palabras son huecas y los silencios aterradores.
Que tu cuerpo va separado de tu cabeza y viceversa.
Cuando te das cuenta que YA.
Que ya no quieres su SED.
Y vuelves a tu SER.

Escrito por María del Río.

lunes, 30 de abril de 2018

El Mejor Affaire

No me gustan las imposiciones pero que te "impongan" diferentes personas que tengo que recopilar mis reflexiones en forma de libro, la cosa cambia.
Mi relación con la escritura es un tanto peculiar.
No podía ser de otra manera.
Cuando era adolescente y le ponía a mi padre en una nota que iba a llegar tarde, me las ingeniaba para hacerle sonreir y esquivar así la atención de que iba a llegar a las tantas.
Un día mi padre me dijo que tenía que escribir. Yo me sorprendí. Y me dijo que con 4 frases contaba mil sensaciones. Y eso no debía dejarlo escapar.
Así empezó mi affaire con la escritura.
A raíz de una mala experiencia escribí mi primer microrrelato en MySpace hasta ahora.
Jamás pensé que la escritura y yo pasáramos más de una noche juntas.
Pues me equivoqué.
Llevo más de 20 años escribiendo públicamente y no. Aunque mi mejor amiga me dice que algo más porque de pequeña ya apuntaba maneras en los textos libres del colegio por mi sensibilidad (eso lo decía ella y mi profesor de literatura).
No tengo técnica pero sí vivencias. Muchas.
Y si no escribo durante días, me ahogo.
Así que gusten o no mis letras y palabras, seguiré escribiendo lo que me plazca y cada vez con menos censura.
Y creo que pronto en forma de libro.
Paso a paso.
Subiendo escaleras ya he llegado al tercer piso o "andar" que me encanta en portugués.

Escrito por María del Río.
 

De Talle

Detalle.
Esa palabra siempre me ha gustado.
Pero si la pronuncio así: "De Talle".
Es más contundente a mi parecer.
Esa palabra me aviva si se lleva a cabo.
Una mirada de alguien sin que te des cuenta pero luego sí.
Un "estoy aquí y sin distorsiones".
Un paseo sin rumbo.
Un susurro al oído (mi preferido).
Silencios "Innovadores".
Sombras que se convierten en presencia reales.
Una palabra que coincide en dos bocas a la vez.
Una complicidad que hasta por momentos asusta.
Besar con garra.
Que te cojan con un brazo y tus pies salgan de la tierra por unos segundos.
No dejar pasar lo que quieras decir justo en ese momento.
Mirarse y saberse.
Sí.

Escrito por María del Río.
 

sábado, 28 de abril de 2018

B

Nunca me voy del todo.
Y mira que no me gustan los arraigos extremos pero claro la relación que tengo en este caso es muy de base.
Por no decir de nacimiento.
Y eso no se deja sin más.
He tenido broncas monumentales, reconciliaciones, odio, amor, desamor, rupturas y un sinfín de emociones contigo.
Y sigues ahí.
Fuerte, valiente, impasible, con seguridad, imponente, sin artificios.
Así eres tú.
Alguien a quien me es imposible separarme durante mucho tiempo.
Por qué?
Pues porque me das todo mi espacio y libertad, me respetas, no me exigues si llevo tiempo sin aparecer, me acoges siempre esté como esté y lo más importante, me quieres tal y como soy.
Gracias por esta relación tan especial y peculiar que tenemos desde ha
ce muchos años y que tanto me gusta.
Gràcies Barcelona.
Escrito por María del Río.

viernes, 27 de abril de 2018

Meditación

sta tarde me he encontrado con una "conocida" y sin decirme ni un hola, me suelta: Te veo tan bien María, estás meditando verdad?
A ver. La gente que me conoce sabe cuál ha sido mi reacción posterior.
Reirme. Sin maldad. Pero reirme, sí.
Le he dicho: No. No practico la meditación.
Ah no? Pues tía así no vas a encontrar la felicidad.
Y qué he hecho?
Reirme otra vez.
Me he sorprendido con la calma con la que me he comportado ante tal chorrada articulada por esa conocida.
Y no medito, no.
Le ha sentado mal que me riera y me ha vuelto a insistir que así no iba por buen camino.
He respirado (eso lo sé hacer desde que nací) y le he dicho unas cositas. Siempre con la calma. Mucha calma. No vaya a ser que no encuentre la felicidad.
Mira X hay una frase muy simple que siempre me ha recalcado mi padre que dice: "Vive y deja vivir".
Me parece muy bien que tú encuentres la paz, felicidad, equilibrio, tu YO y más estados anímicos con la meditación.
Pero si no respetas algo diferente de la otra persona, dónde está el equilibrio?
Yo te respeto, respétame a mi.
Y por cierto, yo es que lo de la búsqueda constante del equilibrio absoluto no va conmigo.
Me gusta ser imperfecta y es muy cansado ser funambulista. Prefiero caerme si hace falta para levantarme después. Ese es mi equilibro.
Y sí, con esto soy feliz.
Y me evado desde pequeña con música. Mucha música y escribiendo.
Y aunque tú no creas que haya alcanzado la "felicidad", pues sí.
Tengo la felicidad de estar viva y reirme mucho.
Pero insisto, me encanta que tú hayas encontrado tu bienestar con las terapias que creas mejor para ti pero yo tengo las mías.
Y una de ellas es poder seguir paseando con el tema musical que estaba escuchando.
Me ha gustado verte y que me vieras tan bien.
Tiene mucho mérito. Sin meditar tengo luminosidad en la cara.
También se puede.
Que cada uno viva como quiere y sin sentar cátedra.
Buenas noches.

Escrito por María del Río.

jueves, 26 de abril de 2018

La Manada

"Escríbeme un WhatsApp cuando hayas llegado a casa vale?".
Esta es la frase más recurrente cuando salgo por la noche y segura estoy que para muchas mujeres.
Y sí, no lo voy a negar.
Muchas veces he vuelto a casa con miedo y eso que vivo en un barrio céntrico de Madrid.
Miedo a cualquier ruido.
Cualquiera.
Terror de los pasos ajenos.
Acojone cuando creo que ese ruido se acerca cada vez más a mi.
Y cambio de acera, bajo la mirada y mis pasos se aceleran. Y lucho porque no se me note.
Y en la mano izquierda voy con el teléfono a punto para llamar a uno de mis mejores amigos que vive muy cerca mío.
Y en todo ese trayecto seguro que me topo con tíos que vuelven a su casa sin más pero los veo enemigos de repente.
Y seguro que se sienten mal por crear inconscientemente ese miedo.
Y mejor que no digan nada en ese momento porque entonces salgo corriendo acojonada.
Y llego a casa.
Miro hacia atrás, meto la llave y cierro rápidamente. Pero me queda el portal. Y subo corriendo hasta respirar ya en mi casa.
Esta es la sensación que toda mujer ha vivido en algún momento al volver a su casa.
Si bien algunos días vuelvo a casa tranquila, con lo que ha pasado hoy, voy a volver acojonada de ahora en adelante.
Porque me siento desprotegida.
Porque me siento desamparada.
Porque me siento vulnerable.
Porque me siento impotente.
Porque me siento desesperanzada.
Porque si me resisto a lo mejor me matan.
Y si no lo hago, he consentido que hagan conmigo lo que quieran.
Hoy siento indignación, tristeza y miedo.
Mucho miedo.
Y Asco.
Mucho Asco Justicia Española por tu injusticia a todas las MUJERES.
Basta ya joder.

Escritopor María del Río.

jueves, 19 de abril de 2018

La Escalera

Recuerdo que cuando estaba estresada con mil cosas, estas escaleras me daban todo lo que necesitaba.
Salía por mi puerta y me encontraba estas escaleras de hace más de 105 años.
Cogía música y me refugiaba en ella.
Normalmente escogía al grupo "The National".
Y hacían y cumplían su función.
Ordenar mi cabeza y pensar en aquel consejo de mi padre que dice: "María, trata de llegar a ser lo que tú eres y ya está. Sin presiones."
Hoy es un día de esos.
Esos días que saldría por la puerta y me refugiaría ahí.
En aquellas escaleras que tantas respuestas me dieron.

Ecrito por María del Río.
 

martes, 10 de abril de 2018

Disolución

Tan sólo hacía falta llegar a ese verbo.
Reconocer.
Reconocer que el viento cambió las tornas.
Cómo es el corazón de cambiante.
Pusilánime y Valiente. Y viceversa. Así todo el rato.
Ya no quería manta ni sentirse como un bebé al que cuidar.
Quería que la desnudaran, unirse con la otra persona y luego disolverse.
Tan sólo haría falta poner en marcha la turbina de su energía y alcanzar la plenitud yendo en busca de él.
Hubiera ido en globo pero la ayuda de una amiga lo hizo todo más fácil.
Una noche noctámbula junto a ella hizo que reconociera sus secretos más sinceros.
Y estaba claro.
Su lugar ahora era en una ciudad con palmeras y agua. Mucha agua.
Llegó.
Y su deseo se cumplió.
Se unió.
Y después se disolvió.
Escrito por María del Río.

domingo, 8 de abril de 2018

La Manera

Quizás uno de los encuentros que más le marcó a día de hoy fue con él.
Su nombre no le sorprendió.
Le sorprendió la sutileza a la hora de conocerla y su garra a la hora de seducirla.
Esa mezcla hizo que se quedara en shock.
Maestría la de él.
Que manera de rozar tan precisa.
Que manera de mirar.
Que manera de atontar.
Que manera de besar.
Que manera de conectar con todos los puntos.
Sí.
Que manera.
Y ahora, después de todo aquello que se generó sin adornos, tendrá que apañárselas para olvidar eso.
Esa manera de transformarla.

Escrito por María del Río.

Flaneur

El otro día mi padre me habló del término francés llamado "flāneur" y me gustó.
Viene a ser lo que en castellano llamamos "paseante" o "callejero" y su actividad es callejear sin rumbo y sin objetivo, dejándose llevar con lo que le ofrezca el paisaje.
Conozco unas cuantas personas que lo hacen.
Mi padre es uno de ellos, bastantes amigos y yo.
Nos lanzamos a fotografiar lo que nos de el paseo.
Normalmente miramos hacia arriba para ver todo el esplendor de los edificios.
Pero también miramos de frente y hacia los dos lados.
No te preocupes si paseas a nuestro lado, sabemos seleccionar perfectamente la mirada hacia ti.

Una mirada sincera y sin artificios.
Escrito por María del Río.

 

martes, 3 de abril de 2018

Ganas

Cuántas ganas te tengo.
No lo sabes.
Ganas de que me des el primer espasmo de golpe con tu fría saliva.
Ganas de que me lo des otra vez con tu ya saliva caliente.
Ganas de que me roces sin que me de cuenta para luego arrastrarme hasta el fondo. Muy al fondo.
Ganas de que me sorprendas como siempre haces.
Ganas de recorrerte de arriba a abajo y viceversa.
Ganas de que me cures como tú sabes.
Ganas de que me tranquilices para luego huracanarme todo el cuerpo con tu temperamento.
Ganas te tengo sí, mi querido Mar.

Escrito por María del Río.

Menuda Faena

Menuda faena cuando te dejas palabras que decir entre el aire de los pulmones y la glotis.
Sí.
Menuda faena.
Escrito por María del Río.

domingo, 25 de marzo de 2018

Jugábamos

Jugábamos.
Hasta que el juego acabó.
Jugábamos.
Hasta que uno de los dos sintió.
Jugábamos.
Hasta que el otro evitó.
Jugábamos.

Escrito por María del Río.
 

El Guión

Siento no haber respetado el guión de tu vida pero es que ya no quería ser la protagonista.
Escrito por María del Río.

sábado, 17 de marzo de 2018

Kilos

Engordemos Kilos.
Kilos de sabiduría.
Kilos de empatía.
Kilos de fortaleza y fragilidad.
Kilos de ternura.
Kilos de picardía.
Kilos de aprendizaje.
Kilos de valentía.
Kilos de perseverancia.
Kilos de vivencias.
Kilos de autoestima.
Kilos carcajadas.
Kilos de lágrimas.
Kilos de autocrítica.
Kilos de disculpas.
Kilos de agradecimiento.
Engordemos Kilos sí.
Kilos de Vida.

Escrito por María del Río.

Nunca es tarde

No puedo evitarlo.
Me pasa desde pequeña.
Veo a una persona anciana y me emociono.
Y mis ojos lloran.
Es como si de repente tuviera hipersensibilidad imposible de evitar.
Hoy me ha vuelto a pasar.
Estaba esperando a que me atendieran, cuando ha aparecido un anciano en silla de ruedas con su cuidadora.
Ha sido verle y mis ojos han comenzado a llover.
Me he imaginado que era un buen hombre.
Siempre me pasa con los ancianos.
Que los veo y me parecen todos buenas personas.
Empatizo en seguida y no sé lo que han podido hacer en toda su vida.
Pero siempre he pensado que la vejez te da la madurez necesaria para saber pedir perdón.
Una vez conocí a un hombre que cuando cumplió 86 años me dijo: En que estaría yo pensando apoyando a Franco!
Nunca es tarde para rectificar.

Escrito por María del Río.

sábado, 3 de marzo de 2018

Ahora NO

Ahora no puedo quererte.
No tengo las aptitudes para llegar a ese verbo.
He suspendido tres asignaturas:
- Relaciones Emocionales
- Sensibilidad Visual
- Expresión corporal
Tan solo podría quererte "irónicamente".

Escrito por María del Río.
 

LLuvia

Los días de lluvia deberían ser para escucharla y no pasearla.
Para aprovechar la cama acariciando y disfrutando.
Para no pensar en nada.
Para silenciar el tiempo que quieras.
Para comer lo que más te apetezca.
Para que todo esto que estoy diciendo se hiciera realidad y no tuviera que aguantar que un coche me ha calado entera en la calle.

Escrito por María del Río.
 

Derechos

Cuando estudié Derecho siempre pensaba que faltaban derechos y sobraban otros.
Faltaban los derechos "emocionales".
Sí.
Me inventé llamarlos así.
En ningún código se establecía el "derecho a atreverse sin ser juzgado".
Tampoco el "derecho a observar" sin ser cuestionado.
Y menos aún el "derecho a abrir la boca sin que te censuren".
Y ahora me podréis decir que todos estos derechos son lo que llamamos "libertad de expresión".
Pero como en este país ( y en tantos otros) no se cumple, a lo mejor estableciendo otros nombres a esa gran palabra llamada "libertad", se cumpla de una puñetera vez.

Escrito por María del Río.

 

Con la Edad

Con la edad he aprendido a ser más paciente y a cambiar mis prioridades en la vida.
Con la edad he aprendido a lidiar con mis complejos y transformarlos en partes de mi únicas y especiales.
Con la edad me siento más guapa por dentro y por fuera.
Con la edad he podido recopilar más "arrugas de la vida" y quizás algún día, plasmarlas en un libro.
Con la edad he aprendido a enfadarme menos y que mi temperamento se fusione rápidamente con mi dulzura. Que la tengo.
Con la edad me he dado cuenta que mi sensibilidad la transformo cada día en algo artístico o social.
Con la edad he aprendido a no juzgarme tanto.
Con la edad me he dado cuenta que soy más fuerte de lo que yo creía.
Con la edad he descubierto muchas más sonrisas en las comisuras de mi boca.
Con la edad me he dado cuenta de que no hay edad cuando disfrutas tu vida al máximo.
Con la edad valoro los pasos que doy, aunque me gusta más ser hormiguita.
Yo doy "pasitos" en forma de centímetros.
Ahora estoy concretamente en el pasito número 30 y si mañana doy un paso atrás sólo será para coger impulso.
Con la edad estoy en libertad.

Escrito por María del Río.
 

miércoles, 21 de febrero de 2018

ABCD

Hay días que sin saber por qué me molesto.
Me noto que todo lo que articulo pesa.
Y lo único que quiero es despojarme de cada gramo de palabras huecas y sin sentido.
Lo hago así.
Bañándome y quitándome​ poco a poco letras que por algún casual se han colado a su antojo en mi día.
Hoy no quiero parte del abecedario.
Hoy solo quiero la "S" y la "H".
Shhhhhhh...

Escrito por María del Río.
 

jueves, 8 de febrero de 2018

Soledad

Recuerdo que de pequeña jamás me aburría sola.
Tenía la capacidad de abstraerme tanto que siempre conseguía ir al destino deseado. Los Lunes solía soñar con ser crítica de cine y devoraba todas las revistas especializadas.
Los martes siempre era bailarina de musicales. Mi abuela venía siempre ese día a vernos y yo desplegaba mi imaginación creando una coreografía de baile con su correspondiente vestuario. Quizás ese era mi mejor día porque para mis adentros soñaba con ser actriz y bailarina. Recuerdo estar muy nerviosa antes de enseñar mi espectáculo a mi abuela y mi madre y me brillaban los ojos como la que más.
Los miércoles solía ser ser dependienta del videoclub de debajo de mi casa. Me sabía todas las películas que habían y el dueño me adoraba. Cuando cerraron ese videoclub (llamado Charol) lloré. Mucho. Y el dueño me regaló muchísimas películas, entre ellas, la maravillosa "Todo es Mentira".
Los jueves era peluquera y maquilladora.
El viernes, sábado y domingo era librera y "envolvedora" de libros a tiempo completo.
Recuerdo que mi padre si mi hermano y yo no sabíamos que hacer, nos daba un libro. Cuánto le agradezco ese gesto.
Nunca me asustó la soledad en determinados momentos de mi vida. Es más me gustaba. Era muchas en una.
Lo que me asustaba de verdad era ver la soledad en otras personas.
Esa soledad que te remueve y te lloran los ojos.
Esa soledad de ver a personas sentados en un banco con la mirada perdida.
Esa exactamente.
Y desde pequeña no he tenido miedo a acercarme a hablar.
Me llenaba más hablar que un columpio.
Siempre se agradece que alguien te brinde unas palabras y comprensión.
Seamos menos egoístas y arropémonos más.
Y es que la soledad querida y disfrutada es gratificante, la impuesta aterra.

Escrito por María del Río.

sábado, 27 de enero de 2018

Ojalá

Ojalá me hubieras dicho eso tan deseado en aquel preciso momento.
Ojalá no hubieras girado la calle.
Ojalá te hubieras percatado de que los sentimientos existían por más que lo negáramos.
Ojalá hubieras alargado esa mirada. Esa impecable mirada.
Ojalá los momentos tuvieran "Play", "Pause", "Stop" y "Rew".
En este caso hubiera apretado el "Pause", respiraría, te miraría y le daría al "Play". Sin miedo. Sin vergüenzas. Sin ataduras. Sin corazas.
Y te diría: Idiota, bésame ya porque esto es inaguantable.
Y me besarías claro. Con miedo. Pero lo harías.
Ojalá.

Escrito por María del Río.
 

HONTANARES

El otro día mi padre y yo intercambiamos palabras sobre ese verbo llamado "recordar".
Y es que los recuerdos son volubles, tanto como el ser humano.
Desde pequeña tuve claro que quería vivir en Madrid y que quería ser actriz. Esto último no lo manifestaba de palabra por vergüenza pero en mi cuerpo se notaba la inquietud por lo artístico.
Visualicé tanto ese deseo que a mis 22 años, después de pelearme y acabar siendo amigas las leyes y yo, me fui en busca de mi deseo. No conocía a nadie en Madrid y eso me ponía aún más.
Esa sensación de que me saludaran o sonrieran por primera vez en otro espacio al que estaba acostumbrada me encantaba. Y que el asfalto conociera una pisada nueva me emocionaba.
Recuerdo que el primer café que me tomé en Madrid fue en la cafetería Hontanares junto a mi mejor amiga desde los 2 años antes de hacer la prueba de acceso en la escuela de Arte Dramático.
Ella, Carla, me miró mientras yo fumaba y degustaba el café y me dijo: "Desde pequeñas supe que nada ni nadie te haría cambiar tus deseos". Y yo sonreí y le dije: "No sé cómo será mi vida aquí pero segura estoy que voy a aprender algo, VIVIR".
Y hoy, después de 17 años he pasado por esta cafetería y he recordado esto.
He recordado que cumplí mi deseo, me peleé con él, lo cambié, lo recuperé, lo camelé y lo cuidé.
Y lo más importante, que además conocí otras inquietudes mías que tenía dormidas y se convertirían en vitales en mi vida.
Como esta.
ESCRIBIR.
Espero que dentro de unos años vuelva a pasar por esa cafetería y descubra si he descubierto más facetas de las que aprender.

Escrito por María del Río.