A día de hoy
todavía se le resistía
la foto de esa chica rubia.
Una noche
un vicio de la chica
hizo que se produjera
un encuentro entre los dos.
Por una vez
el tabaco
causó efectos sanos.
Parecía un lunes
carente de belleza
pero una ilusión y un bar
truncaron esa sensación.
Se fotografiaron otra vez.
Pero no en un Fotomatón.
No hizo falta una cámara de por medio.
Después
el chico y la chica
pensarían
si habría una tercera parte
de ese cartucho de cámara fotográfica.
El cartucho de la Vida.
Escrito por María del Río.
sábado, 19 de diciembre de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario