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sábado, 19 de diciembre de 2009

El Juego

Siempre me han gustado los juegos de mesa.

Veáse el Parchís.

Veáse el Juego de la Oca.

Veáse el Trivial ( el azul claro y el más oscuro...).

Veáse el Monopoly.

Pongamos un ejemplo.

El Parchís por ejemplo.

Eliges un color.

Hasta ahí bien.

Tiras el dado para ver quién saca el número más alto.

Aquí ya empieza la competición.

¿Por qué ha de empezar el que saca el número mayor, si el número 1 es el que prevalece en la

vida diaria para "triunfar"?

Paradojas.

Prosigamos.

Comienza el juego para llegar a la meta.

Una meta insignificante

pero en ese momento las ganas arrasan con todo.

Que si te mato y te mando para casa.

Que si te pongo "barrera".

Entre tirada y tirada

se puede visualizar

competitividad desmesurada

sonrisas felinas

desistimiento

Y

cigarros a medio apagar.

Y como en todo juego

llega el fin de la partida.

Un ganador.

¿Merecedor?

Depende.

Un perdedor.

¿Merecedor?

También depende.

Por ello y por más detalles

digo que son "entretenidos"

los juegos.

Ahora bien

SIEMPRE y ÚNICAMENTE sobre un tablero.

Escrito por María del Rio.

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