Quizás uno de los encuentros que más le marcó a día de hoy fue con él.
Su nombre no le sorprendió.
Le sorprendió la sutileza a la hora de conocerla y su garra a la hora de seducirla.
Esa mezcla hizo que se quedara en shock.
Maestría la de él.
Que manera de rozar tan precisa.
Que manera de mirar.
Que manera de atontar.
Que manera de besar.
Que manera de conectar con todos los puntos.
Sí.
Que manera.
Y ahora, después de todo aquello que se generó sin adornos, tendrá que apañárselas para olvidar eso.
Esa manera de transformarla.
Escrito por María del Río.
domingo, 8 de abril de 2018
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