sta tarde me he encontrado con una "conocida" y sin decirme ni un hola,
me suelta: Te veo tan bien María, estás meditando verdad?
A ver. La gente que me conoce sabe cuál ha sido mi reacción posterior.
Reirme. Sin maldad. Pero reirme, sí.
Le he dicho: No. No practico la meditación.
Ah no? Pues tía así no vas a encontrar la felicidad.
Y qué he hecho?
Reirme otra vez.
Me he sorprendido con la calma con la que me he comportado ante tal chorrada articulada por esa conocida.
Y no medito, no.
Le ha sentado mal que me riera y me ha vuelto a insistir que así no iba por buen camino.
He respirado (eso lo sé hacer desde que nací) y le he dicho unas
cositas. Siempre con la calma. Mucha calma. No vaya a ser que no
encuentre la felicidad.
Mira X hay una frase muy simple que siempre me ha recalcado mi padre que dice: "Vive y deja vivir".
Me parece muy bien que tú encuentres la paz, felicidad, equilibrio, tu YO y más estados anímicos con la meditación.
Pero si no respetas algo diferente de la otra persona, dónde está el equilibrio?
Yo te respeto, respétame a mi.
Y por cierto, yo es que lo de la búsqueda constante del equilibrio absoluto no va conmigo.
Me gusta ser imperfecta y es muy cansado ser funambulista. Prefiero
caerme si hace falta para levantarme después. Ese es mi equilibro.
Y sí, con esto soy feliz.
Y me evado desde pequeña con música. Mucha música y escribiendo.
Y aunque tú no creas que haya alcanzado la "felicidad", pues sí.
Tengo la felicidad de estar viva y reirme mucho.
Pero insisto, me encanta que tú hayas encontrado tu bienestar con las terapias que creas mejor para ti pero yo tengo las mías.
Y una de ellas es poder seguir paseando con el tema musical que estaba escuchando.
Me ha gustado verte y que me vieras tan bien.
Tiene mucho mérito. Sin meditar tengo luminosidad en la cara.
También se puede.
Que cada uno viva como quiere y sin sentar cátedra.
Buenas noches.
Escrito por María del Río.
viernes, 27 de abril de 2018
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