Cuando era pequeña
le decía a mi padre
que me comprara
una escalera verde botella
muy alta
para llegar a la Luna.
Yo estaba
segura
de que con ella
llegaría a tocarla.
Mi padre
no quería
que me entristeciera
y siempre me decía
que estaba buscando
un material muy resistente
para que no me cayera de la escalera.
No quería
que mi sueño
se desvaneciera.
El tiempo me dio
la respuesta.
Pero
sigo pensando en esa escalera
verde botella.
Hoy ha llegado el día.
Me han regalado poder llegar
a la Luna.
No ha sido una escalera verde botella.
Ha sido más que eso.
Un
silencio
ha sido mi reacción.
Un silencio
lleno de palabras
nada huecas.
Y es que
que te regalen
poder llegar a la Luna
es algo que escasea.
Una delicia de viaje.
Una sensación extasiante
poder tocarla y acariciarla.
Y si te la regala tu padre mejor que mejor.
Escrito por María del Río.
le decía a mi padre
que me comprara
una escalera verde botella
muy alta
para llegar a la Luna.
Yo estaba
segura
de que con ella
llegaría a tocarla.
Mi padre
no quería
que me entristeciera
y siempre me decía
que estaba buscando
un material muy resistente
para que no me cayera de la escalera.
No quería
que mi sueño
se desvaneciera.
El tiempo me dio
la respuesta.
Pero
sigo pensando en esa escalera
verde botella.
Hoy ha llegado el día.
Me han regalado poder llegar
a la Luna.
No ha sido una escalera verde botella.
Ha sido más que eso.
Un
silencio
ha sido mi reacción.
Un silencio
lleno de palabras
nada huecas.
Y es que
que te regalen
poder llegar a la Luna
es algo que escasea.
Una delicia de viaje.
Una sensación extasiante
poder tocarla y acariciarla.
Y si te la regala tu padre mejor que mejor.
Escrito por María del Río.
De verdad, ¡qué bonito Mary!
ResponderEliminarQue suerte! La luna!!
ResponderEliminaryo no te pido la luna, solo te .........
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