Ellla.
Difícil describir
tanta belleza.
Hoy
era su día.
Su silueta
se contoneaba
en una calle de Madrid.
Concretamente
la Calle Libertad.
Todo
el mundo
la miraba.
Y es que no era para menos.
Siempre enamoraba.
Fundamentos y argumentos
habían.
Hoy
tenía
la confianza
de que
su deseo
sería real
y no un sueño.
Y
es que
era una mujer
de armas tomar.
Caminaba
a paso firme
y muy sensual.
Determinados pasos
los hacía saltando
otros riendo
y
otros silenciando.
Hoy
tenía
la seguridad
de que el amor
estaría
en alguna
calle de Madrid.
Dejaba
la Calle Libertad
y se adentraba
en una "Libertad"
llena
de magia
y encanto.
La Calle Lavapies
la esperaba
con excitación.
Él
ansiaba
su contoneo.
Y
así fue.
El Barrio de Lavapies
festejó
esa entrega
de
dos siluetas
bellas
por dentro y por fuera.
Escrito por María del Río.
Difícil describir
tanta belleza.
Hoy
era su día.
Su silueta
se contoneaba
en una calle de Madrid.
Concretamente
la Calle Libertad.
Todo
el mundo
la miraba.
Y es que no era para menos.
Siempre enamoraba.
Fundamentos y argumentos
habían.
Hoy
tenía
la confianza
de que
su deseo
sería real
y no un sueño.
Y
es que
era una mujer
de armas tomar.
Caminaba
a paso firme
y muy sensual.
Determinados pasos
los hacía saltando
otros riendo
y
otros silenciando.
Hoy
tenía
la seguridad
de que el amor
estaría
en alguna
calle de Madrid.
Dejaba
la Calle Libertad
y se adentraba
en una "Libertad"
llena
de magia
y encanto.
La Calle Lavapies
la esperaba
con excitación.
Él
ansiaba
su contoneo.
Y
así fue.
El Barrio de Lavapies
festejó
esa entrega
de
dos siluetas
bellas
por dentro y por fuera.
Escrito por María del Río.
Foto de Helena Hidalgo |
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