Ojalá hubiera un medicamento no invasivo que se llamara "antiechardemenosactil".
Yo que hasta para tomarme un paracetamol me lo pienso, creo que éste me lo tomaría.
Siempre he sido muy partidaria de que cada momento pasa por algo y he respetado mis momentos anímicos.
Pero claro a veces ese momento se alarga demasiado.
Echar de menos a un ser querido que ya no está es inevitable y seguramente perdurará toda la vida.
Pero no sé si a vosotros os ha pasado esto alguna vez. Echarse de menos.
Sí, el año pasado me eché de menos. Me buscaba y no me encontraba y no
veáis que faena e impotencia. Bendito mi padre que siempre está ahí para
recordarme cómo soy y que todo son momentos que luego vuelven a su
cauce.
Afortunadamente volví a mi ser. Y ya no me echo de menos ni de más.
Si hubiera habido esa medicina hubiera sido todo más fácil pero creo que al final no me la hubiera tomado.
Me gusta más el proceso natural aunque sea duro.
Por cierto ahora mismo echo de menos algo.
Fumar.
Pero como siempre, encontraré la manera para lidiar ese estado anímico.
Escrito por María del Río.
martes, 18 de abril de 2017
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