El escritor Dominique Lapierre dijo esa gran frase "Todo lo que no se
da, se pierde". Cuando la leí, sonreí y después me tranquilicé.
Sí,
me pasó eso porque desde hacía muchos años que llevaba a la práctica
eso. Antes me sentía rara por sacar de mi lo que sentía hacia otra
persona.
Pero qué mal tiene el poder decir "hoy me has hecho feliz
tomando un café contigo ", "te quiero", "gracias por tu escucha, tus
palabras y comprensión ", "perdón, no te conozco pero ¿te puedo decir algo?
Me encanta cómo vas vestida", "eres muy bello y te lo digo", "ha sido
un placer ver tu cogote durante unos minutos" y un sinfín de sentires
más.
Y es que ¿por qué tenemos que callarnos con sentires buenos que nos provoca otra persona?
Eso es un sentir "de a dos" y merece saberlo la otra persona.
Se merece ser compartido.
No seamos egoístas ni políticamente correctos con los sentimientos.
Seamos imprudentes a la hora de querer.
Menudo desperdicio decir lo que nos gusta de la otra persona y alabar sus virtudes cuando ya no está.
Llamádme loca, pero yo vivo más feliz diciendo lo que siento aunque
muchas veces la gente se sorprenda por agradecer la compañía o la
belleza de alguien aunque no la conozca.
Probádlo y me contáis.
Buenas noches.
¡Gracias por leerme!
Escrito por María del Río.
martes, 18 de abril de 2017
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