se
olvidó
de las Cortezas de la Vida.
Ella
se estremeció.
Hasta sus zapatos rojos
sufrieron ese nerviosismo.
Y es que no es para menos.
Le estaban dando
un beso.
Pero no uno estándar.
Era un beso
deseado
soñado
ansíado
dibujado
escrito
desde hace ya...
mucho.
Escrito por María del Río.
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