desde bien pequeña.
Cuando las Niñas de su clase
contaban
sus sueños futuros
ella
siempre estaba en desacuerdo con ellas.
Y es que
ella
no se quería casar por la Iglesia
y sí quería fumar tabaco
como aquellas actrices
de los años 50
en Hollywood.
La Niña
creció
y seguía
pensando igual.
No quería
altares
ni grises.
Quería
algo colorido
pero no
con verde esperanza.
Ella tenía
sus colores
y
un hombre
con el
color más original.
Y
por supuesto
el Humo
de sus cigarros.
Y es que fumaba
con estilo
y clase.
Escrito por María del Río.
muy bonito
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