Se despedía de la Cama
a las 12 de la noche.
Y se
preparaba
para dar
la mejor sesión
en un local
muy emblemático de Berlín.
No vería
el Sol
pero vería
la noche de Berlín
con todos los ingredientes.
Quizás
tampoco vería
ni saborearía
el Amor esa noche.
Quizás.
Tampoco
le importaba
mucho.
Sería una Soledad
querida.
Y
es que
él
y la noche
se antojaban
con mucha gracia.
Y más
cuando comenzaba
su Sesión.
En ese momento
se quitaba
las Corazas de la Vida
a través
de la música.
Su Música.
Ver
siluetas
expresiones
andares
gestos graciosos
cigarrillos a punto de ser encendidos
y demás
hábitos de la Vida
le hacía
feliz.
Él nunca esperaba
halagos
pero los tenía cada noche.
Al final
de la Sesión
volvería
a la Cama.
Quizás
ahora si vería el Sol.
Y
quizás
entre las sábanas
vería el Amor.
Me contaron
que tras esa Sesión
volvió a su Cama
y encontró
lo que siempre
había buscado.
Y sin pedirlo.
Escrito por María del Río.
Photo by Victor Barrio.
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