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miércoles, 25 de agosto de 2010

RESACA

La tenía.
Sí.
Una resaca de escándalo.
Y siempre hacía lo mismo.
Un vaso de agua fría.
Dos Ibuprofenos.
Una moto.
Su moto.
Una carretera de Menorca.
Y un paseo
querido
y necesario.
Paraba.
Se fumaba un cigarro
sin haber comido nada antes.
Es lo que tiene
tener resaca.
Su cabeza
pensaba.
Esta vez
quería
tener la personalidad
de un perro.
Pero de los de verdad.
En ese momento
querría ser un perro.
Y beber agua.
Y mirar a las moscas
sin pensar que son pesadas.
Y la palabra alcohol
no cabría en su cerebro
porque sería un animal.
No se si consiguió
ser un perro.
Pero sí
olvidar
la maldita resaca
por un rato.
Escrito por María del Río.

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