Nerviosa.
Con prisas.
Y de espaldas.
Tenía una cita a ciegas.
Y su distintivo
era
que él
la tenía
que reconocer
de espaldas.
Y mirarla
sólo
con dos colores.
El blanco.
Y
el negro.
Escrito por María del Río.
mary, ya te lo he dicho...me requeteencanta!un besazo enorme, preciosa!
mary, ya te lo he dicho...
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un besazo enorme, preciosa!