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martes, 29 de junio de 2010

No hay Manual para eso

Se querían

decir algo.

Pero no estaban

en la distancia adecuada.

O eso creían.

Las palabras

se resistían.

Las miradas no.

El sudor

era latente.

Pero no tenían fiebre.

Era la humedad

de la tormenta

que estaba cayendo.

Al cabo de un rato

encontraron

la distancia adecuada.

Ahora el dilema

era

decidir

qué lengua se movería primero.

Y sin pensarlo

las dos lenguas

hablaron

juntas.

Se dijeron lo mismo.

Algo

que no te enseña un Manual.

Escrito por María del Río.



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