la casa
de un príncipe.
Aparentemente
era una casa en ruinas.
Repito.
Aparentemente.
No había colores
en esa casa.
Y
es que no hacía
falta.
Ella ponía
el rojo
y el blanco.
Tampoco
había habitaciones
ni espejos.
Tampoco
hacía falta.
Él
sabía
que era la mejor casa
dónde había vivido.
Y es que
despertarse
y ver
la mejor
obra de arte
delante suyo
era más que suficiente.
Era
ella.
Su Mujer.
Dentro
de un Marco Diferente.
Sin duda alguna
el Mejor Marco.
Escrito por María del río.
Lovely!! muaaaaaaaakkssssss
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