Te propongo algo.
Hace mucho calor.
Lo sé.
Pero por pedir y proponer
que no sea!
Te propongo
comprar dos pasamontañas
negros
y atracar un banco.
O dos.
O tres.
Sí! Esos lugares donde se embolsan todo el dinero
de todos nosotros
con todo el descaro del mundo.
Después del atraco
o de los atracos
fuguémonos
a un lugar
con mar
y
paseemos
en la orilla
hasta
que quedemos saciados
de bienestar.
Luego
te propondré
otra cosa.
Escrito por María del Río.
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