Por una vez
pudo decir
que había encontrado
algo
bueno
bonito
y
ante todo
barato.
Había encontrado
algo
que le daría
la adrenalina
que necesitaba.
Su manera
de pasárselo
bien
fue comer (o chupar)
chupa-chups azules.
Comiéndose uno de esos
las noches eran más fructíferas
que ponerse morada de tequila.
Las propiedades
de estos caramelos
eran sanas.
No llevaban azúcar.
No hacía falta.
El resultado era tal
que los bares tuvieron
que poner una máquina de estos chupa-chups.
No hacía que te trabaras al hablar
ni que se te pusiera la cara igual que un girasol
tras ingerir grandes dosis de alcohol.
Y hasta llegabas a casa
sin haber perdido nada
y con las sandalias intactas.
Pero quizás lo más importante, sobre todo para estas épocas de crisis,
Felicidad azul, soy una chica con suerte: no sé si te acuerdas, pero es el 2º micro que me escribes... Eres muy bonita, gracias.
ResponderEliminar:)
ResponderEliminarEs buenísimo...
ResponderEliminary basado en hechos ireales, además!
basado en hechos ideales
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