"La Niña de la Gorra".
Pero desde hace unos meses
que la he abandonado.
Siempre pensaba
que si ella desaparecía
mi esencia también.
Pero la Vida es lo que tiene.
Que sin saberlo
te observas
y ves ciertos cambios
que te sorprenden.
No lo voy a negar.
No me quedan nada mal
las gorras.
Pero es que mi carita
tenía
ganas de descubrirse
en toda regla.
Motivos hay.
Y de los buenos.
Y es que
¿ por qué no enseñar unos ojos de difícil descripción?
¿ por qué no enseñar una nariz con una curva curiosa?
¿ por qué no enseñar una boca que ríe y sonríe?
¿ por qué no enseñar que me muerdo a menudo el labio inferior?
¿ por qué no enseñar un flequillo de lado o que se mueva a su antojo?
¿ por qué no enseñar una expresión de mi cara?
¿ por qué no enseñar que tengo una peca en el centro de mi labio superior?
Seré siempre la Niña de la Gorra.
Lo sé.
Pero los motivos han cambiado.
Y qué bien que sea así.
Escrito por María del Río.
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