¿Melancolía? Sí.
Pero felicidad también.
Y es que nos empeñamos en pensar que ser melancólico es aferrarse al pasado y no vivir el presente.
Todo depende de cómo "pasees" con ella.
Con la melancolía.
Yo paseo con ella de la mano (con la izquierda) y con la derecha hablo con el presente.
A la melancolía la llevo a tomar café para que los recuerdos sean
repletos de adrenalina y al presente lo llevo a tomar un vino que se
toma a sorbitos pequeños para que disfrute el momento.
Reconozco que hoy he sacado a pasear más a la melancolía. No pasa nada de vez en cuando.
Y es que recordar un paseo con mi padre por la Diagonal de Barcelona,
que me proteja mis hombros con su brazo, que me compre un libro y se
impaciente en decirme que si quiero cenar un buen vino, jamón ibérico,
queso manchego y un buen pan de pueblo y que culminemos el paseo
sentándonos en un banco (nuestro banco) preguntándonos qué haríamos si
nos dieran tres vidas...pues la verdad...ser melancólica me hace feliz.
Por cierto, una de sus vidas sería volverme a tener, la otra ser
viajante para no perderse ninguna cultura ni rincón de la tierra y la
otra ser librero.
Mañana sacaré a pasear al presente y la melancolía le pedirá disculpas por haberme cogido demasiado fuerte de la mano.
Escrito por María del Río.
jueves, 28 de julio de 2016
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario