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lunes, 16 de mayo de 2016

I´M ON FIRE

El sábado pasado tras toparme con una médico que no me atendió bien (o mejor dicho, no me atendió) cogí un taxi a las 1 de la mañana impotente de no haberle podido decir 4 palabras que la dejaran seca. Raro en mí que no pudiera articular palabra la verdad.
Me subí al taxi viendo cómo la gente celebraba la victoria del barcelona y otras caras felicianas al haber ido a ver al Boss.
Evidentemente yo poco tenía que celebrar pero de repente me ví en la calle que divide el mar y la montaña en Barcelona con un taxista que conducía al son del tema musical "I'm on fire" de Bruce Springsteen. 
Al cabo de unos segundos él empezó a cantarla y fue en ese preciso instante cuando pensé: que no acabe la canción, que no pare de cantar y que no llegue a mi destino nunca.
No es que me quisiera ir con el taxista sino que me quería quedar en ese momento y con esa voz durante horas. No pude contenerme y le pregunté que si había podido ir al concierto. Desgraciadamente no pudo ir porque su cuenta corriente no se lo permitía y que deseaba que algún día él y su hijo lo pudieran ver. 

Le dije que lo había visto en un concierto hace 18 años y ansioso me pidió que le contara cómo fue para mi esa experiencia para así poder acercarse más a su ídolo. 
Se lo conté mientras veía que mi destino estaba a escasos metros y le pedí algo antes de pagarle. 
Que me tarareara "I'm on fire". Él se rió pero lo hizo. 
Y le dije "cantas mejor que él". A mi me has hecho feliz. 
Se sonrió y me dijo: "A mi también, gracias."
Otra vez pienso lo mismo.
Cuánto poder de unión y magia tiene la música.
Es el mejor antibiótico para la vida.

Escrito por María del Río.
 

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