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domingo, 29 de mayo de 2016

PROVOCAR

Hace unos meses estando en urgencias me topé con alguien que me sorprendió por como cuidó de mi brazo derecho al ponerme la aguja para hacerme unos análisis.
Pero lo que más me sorprendió fue la belleza de esa chica.
Y pensé que mucho le debía gustar su profesión para que no hubiera acabado siendo portada de mil revistas.
Que bien la hicieron sus padres para que cada célula fuera tan sumamente perfecta y atractiva.
Sí, siempre he sido una observadora nata y cuando veo algo bello no me puedo contener y lo digo. Mientras me ponía la aguja le pregunté si le gustaba su profesión y me dijo que si pero que los sueldos dejaban mucho que desear. Le dije que si se había planteado alguna vez de ir a una agencia de publicidad.
Se sonrojó en seguida y me dijo ¿tú crees?. Y rotundamente le dije que si. Nunca se sabe, a lo mejor te puedes ganar un dinerillo extra. Y me dijo, pues mira pacientes como tú que me digan eso no me topo cada día, así que hoy me has hecho feliz y voy a probarlo.
Ya me contarás algún día le dije, o mejor dicho espero verte en alguna revista o la televisión porque verte aquí en este espacio blanco repleto de agujas no sería buena señal de que estoy bien.
Casualmente fui a recoger unas pruebas el otro día y me encontré a la "belleza" del hospital. Me miró, me abrazó y me dijo gracias.
Los pacientes que estaban ahí observando el momento miraban con asombro.
En un hospital es más normal que el paciente se abrace al médico o a la enfermera tras una buena noticia médica. Pero en este caso fue lo contrario. Y yo me alegré claro.
A la chica en cuestión le había salido un anuncio.
Seguí tus consejos y gracias a ti voy a poder llevar a mi hijo a ver a sus abuelos a Buenos Aires me dijo.
Sí, a mi me pasan estas cosas.
Pero sinceramente no creo que sean casualidades.
Si tú quieres puedes provocar felicidad desinteresadamente.
Escrito por María del Río.

miércoles, 18 de mayo de 2016

M

Pocas veces he tenido un flechazo como tuve contigo.
Sí. Lo tuve en toda regla.
Desde que te pude sentir andando supe que me engancharías. Afortunadamente no fue un enganche de esos tóxicos.
Fue placentero y sin tiras y aflojas.
Me despedí de ti pero sabiendo que tú y yo pronto comenzaríamos un idilio de lo más fogoso.
Un día después de poner mi último punto en mi último examen de derecho me dije que ansiaba conocerte, abrazarte, quererte y que tú sintieras lo mismo.
Así que con todo el morro cogí un avión y me planté delante de ti. Y te dije aquí estoy, con mis miedos y curiosidades de una chica de 22 años.
Sé que no soy una tipa guapa a rabiar pero vas a caer rendida a mis pies. Lo sé. Y así fue.
Nos enamoramos desmesuradamente.
Hasta hoy.
Han pasado 14 años y tras haber pasado 4 meses fuera por motivos nada agradables, no sabes cuánto te he echado de menos.
Pisar tu asfalto y bailarte, acariciar tu luz, darte un abrazo de los que acogen toda tu cabeza y cuerpo de norte a sur, respirarte y olerte.
Hoy por fin he podido hablarte, llorarte y amarte más aún si cabe.
Por ello me declaro otra vez diciéndote "Madrid te quiero".
Me has dado una vida que no cambio por nada.
Mi VIDA. Que no es poco. 

Escrito por María del Río.

lunes, 16 de mayo de 2016

I´M ON FIRE

El sábado pasado tras toparme con una médico que no me atendió bien (o mejor dicho, no me atendió) cogí un taxi a las 1 de la mañana impotente de no haberle podido decir 4 palabras que la dejaran seca. Raro en mí que no pudiera articular palabra la verdad.
Me subí al taxi viendo cómo la gente celebraba la victoria del barcelona y otras caras felicianas al haber ido a ver al Boss.
Evidentemente yo poco tenía que celebrar pero de repente me ví en la calle que divide el mar y la montaña en Barcelona con un taxista que conducía al son del tema musical "I'm on fire" de Bruce Springsteen. 
Al cabo de unos segundos él empezó a cantarla y fue en ese preciso instante cuando pensé: que no acabe la canción, que no pare de cantar y que no llegue a mi destino nunca.
No es que me quisiera ir con el taxista sino que me quería quedar en ese momento y con esa voz durante horas. No pude contenerme y le pregunté que si había podido ir al concierto. Desgraciadamente no pudo ir porque su cuenta corriente no se lo permitía y que deseaba que algún día él y su hijo lo pudieran ver. 

Le dije que lo había visto en un concierto hace 18 años y ansioso me pidió que le contara cómo fue para mi esa experiencia para así poder acercarse más a su ídolo. 
Se lo conté mientras veía que mi destino estaba a escasos metros y le pedí algo antes de pagarle. 
Que me tarareara "I'm on fire". Él se rió pero lo hizo. 
Y le dije "cantas mejor que él". A mi me has hecho feliz. 
Se sonrió y me dijo: "A mi también, gracias."
Otra vez pienso lo mismo.
Cuánto poder de unión y magia tiene la música.
Es el mejor antibiótico para la vida.

Escrito por María del Río.
 

INICIOS

Los comienzos suelen ser difíciles pero a la vez gratificantes.
¿A quién no le ha inquietado ese momento en el que conoces a alguien (por poner un ejemplo), te sientes cómodo con esa persona, te sorprende que te pase eso y a veces hasta te asusta?.
Sí, todo tipo de comienzos siempre pecan de incertidumbre pero que gratificante es descubrir por uno mismo el nudo de la historia con todo sus matices.
Ahora mismo los desenlaces no me importan.
Escojo caminar y recorrer al lado de los puntos, comas, palabras y frases.
Hace un tiempo que mi cabeza no ha dejado espacio para que mi imaginación cree historias y conjeturas que compartir. 

Me he asustado hasta tal punto que hasta he llegado a pensar que mi humilde manejo y destreza a la hora de crear situaciones, había desaparecido.
Quizás sí ha pasado esto pero hoy me he despertado pensando que ya era hora de mimar la imaginación y comenzar algo que había abandonado. 

Sin miedo, sin juzgarse y sin más pretensión que evadirme por un rato de un calvario físico y anímico que esta en mí.
Como dice Serrat, "hoy puede ser un gran día " y por lo menos he conseguido iniciar algo: un estar, compartirlo y pensar que mañana el nudo de la historia camine a mi lado y de la mano a poder ser.

Escrito por María del Río.
 

VIVAMOS

Perdemos mucho tiempo en pensar cuál será nuestro destino, qué llegaremos a ser, si tendremos esto y lo otro y una larga lista de propósitos absurdos, sin darnos cuenta que no importa dónde llegues sino el camino recorrido sin rumbos prefijados.
Vivamos más la trama que el desenlace.

Escrito por María del Río.