jueves, 6 de octubre de 2011
Sin ánimo de ofender.
Siempre he pensado
que las personas nacemos con un color.
Y no estoy hablando ni de banderas ni de fútbol.
Hablo de lo que desprendemos
en nuestro andar o cuando hablamos.
Y sí.
Estoy de acuerdo en que todo depende del estado anímico del momento.
Pero ese color que te determina cuando naces
no desaparece nunca.
A mi me gustan casi todos los colores.
Digo casi
porque hay uno que no soporto.
El gris.
No me gusta un cielo gris.
Tampoco el gris del asfalto.
Ni el del pelo. Soy más de blanco.
Tampoco el de los edificios fascistas de antaño y de no tan antaño.
Pero menos aún que una persona sea gris.
Eso no lo soporto.
Pero bueno
todo es cuestión de gustos.
Y para gustos
los colores.
Escrito por María del Río.
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Pue a mi me gusta el gris marengo!!!!!
ResponderEliminarEl gris tiene su aquel si se combina con colores bonitos. Lo uso mucho pero María tiene razón... demasiado gris en nuestras vidas, metafóricamente hablando! ;)
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