No soy muy de metro. Me entran ahogos si hay mucha gente y tengo que salir.
Pero si soy muy de pasear por los pasillos subterráneos.
Ahí es donde me surgen ideas viendo los andares precipitados o pausados de la gente.
Ahí es donde no me siento juzgada porque la gente no se observa según mi mirada.
Ahí es donde me abstraigo con músicos que tocan al son de nuestros movimientos y gestos.
Ahí es cuando cojo más impulso para subir de nuevo a la realidad.
Escrito por María del Río.
domingo, 12 de noviembre de 2017
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