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domingo, 8 de octubre de 2017

El Paseo

Quizás ayer tuve el paseo más revelador de mi vida.
Y sin querer.
Salí por una puerta en un barrio muy emblemático de Madrid y comencé a caminar.
Sin rumbo.
No me importó pasar por todo el bullicio de un sábado por la noche en la Puerta del Sol de Madrid y la calle Preciados.
Hasta lo encontré atractivo.
Me sentía una espectadora y estaba tan arropada por mí que nada ni nadie me entorpecía.
Caminaba y sentía respiraciones más rápidas y otras más lentas desembocando en lágrimas reprimidas durante mucho tiempo.
Y no me importaba que se me notaran.
Me quedé mirando a una violinista que tocaba en la calle y pensé que ese paseo estaba siendo un pequeño fotograma de la película de mi vida. Y tenía melodía melancólica pero muy vitalista.
Mis pies y mi corazón quisieron pisar la Gran Vía y mirar todas las luces.
Por un momento me sentí como una turista más en una ciudad que ya llevo más de 15 años. Y sentí frescura en mi e inocencia.
Seguí mi camino y me di cuenta que en apenas veinte minutos estaba teniendo más vida que en muchos momentos pasados.
Cómo es la vida, a veces parece que no pase nada durante tiempo y de repente un día, sin preaviso, te concede momentos así. Deliberadores.
Ayer fue un paseo en soledad muy bien acompañada.
Me concilié conmigo pensando que estaba empezando a crear otro guión de mi vida.
Y me estaba gustando.
Próximamente en cines.

Escrito por María del Río.
 

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