Hora de la cena en una casa céntrica de la ciudad.
Una pareja que se mira sin quererlo. El masticar de cada uno es el
único ruido que rompe el silencio de esa casa y esa áspera cena.
Cuánta tristeza en el rostro de ella y cuánta indiferencia en el de él.
De repente como de un huracán se tratara, ella se levanta y sin mediar
palabra sale corriendo por la puerta con ese camisón que bien podría ser
tendencia ahora.
Mientras, en otra
casa de esa misma ciudad, una cena a base de vegetales provoca la
ansiedad de él. Nada que decirle a ella. Nada. Y de repente, como si de
una tormenta tropical se tratara, se levanta, coge su cartera y móvil y
sale por la puerta sin más.
Dos personas alejándose de lo que ya
temían que pasara desde hace tiempo. Desencanto. Pero a la vez se
acercaban a lo que más deseaban desde hace más de 8 años. Sí. Los dos
sabían que aquel era el momento. Y coincidieron. Por fin. Se
encontraron en aquella calle dónde su nombre les iba como anillo al
dedo.
La Calle del Acuerdo.
Con el corazón acelerado caerían rendidos el uno al otro sin esconderse.
Por fin. Dos amantes que se encontrarían para disfrutar de eso que todo ser humano anhela.
La pasión.
La pasión en toda regla.
Escrito por María del Río.
martes, 29 de agosto de 2017
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