Mírale a los ojos y verás algo en ella.
Algo oculto que la hace aún más especial.
Yo todavía no he logrado descifrar lo que es pero algún día
lo sabré.
Ella tiene algo
oculto que la delata en su andar y en cómo se muerde las uñas.
También en sus silencios.
Cuando no habla los espacios se encogen de agonía.
Ella escucha. Lo hace bien. El abrirse no lo hace tan bien.
No por inexperiencia sino porque describir un sentimiento o estado no es moco
de pavo para ella y prefiere callarse a soltar palabras huecas. Es
perfeccionista de nacimiento.
Mírale a los ojos y verás algo en ella.
¡Oye! Mejor no lo hagas.
Acabarás rendido a ella.
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