Menudo alboroto
que se creaba
cada vez que le veía.
Le alborotaba
tanto
que le dejaba
sin vista
sin tacto
y
sin oído.
Por lo menos
le dejaba
olfato
para poder
disfrutar
el cigarro de después.
El cigarro
posterior
a ese alboroto.
Bendito Alboroto!
Escrito por María del Río.

Photo By One Dragones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario