Lo tenía todo para cumplir su sueño.
Repito.
Todo.
Su instinto lo sabía.
El escenario la quería.
No me extraña.
Y es que su mayor ambición
no era ser un ángel.
Ella quería ser
como una Magnolia.
Pero lo que no sabía
es que ya lo era.
Era una Actriz
de enorme belleza ornamental.
Cuando salía al escenario
crecía hasta 30 centímetros de altura
con tan sólo articular la primera palabra.
Su cuerpo estaba ramificado desde la base.
Era abierto
y poco denso.
Ya era una Magnolia
porque tenía las mismas propiedades que ella.
Pero le faltaba saberlo.
Los demás lo sabían
y creían en ella.
Siempre.
Poco queda
para que fuera de su país
le digan que Siempre
podrá vivir de la interpretación
porque vale y mucho.
En este caso no dirán "Siempre" sino "Forever".
Tiempo al tiempo.
Escrito por María del Río.

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