domingo, 29 de mayo de 2011
domingo, 8 de mayo de 2011
NO ME COMAS!
Harta de ser una más
decidió cambiar su destino.
Ya no sería
un mero mordisco
ni sería exprimida.
Y tampoco tendría
ese viaje "digestivo"
tan poco cultural.
Y es que el ser
una naranja
no debe ser fácil.
Su vida tiene los días contados.
Y en plena madurez
es cuando tiene que irse.
No puede disfrutar
del movimiento
y del contoneo
con otro cuerpo.
Es transformada
en un zumo
o
cortada a rodajas.
Menudo caos
y menuda tragedia!
Ella lo que quería
era viajar
pero de la mejor manera.
Así que con mucho esfuerzo
se fabricó una piernas
para salir corriendo
y que su esencia quedara intacta
para poder decir:
"No me comas!
Bésame!".
Escrito por María del Río.
decidió cambiar su destino.
Ya no sería
un mero mordisco
ni sería exprimida.
Y tampoco tendría
ese viaje "digestivo"
tan poco cultural.
Y es que el ser
una naranja
no debe ser fácil.
Su vida tiene los días contados.
Y en plena madurez
es cuando tiene que irse.
No puede disfrutar
del movimiento
y del contoneo
con otro cuerpo.
Es transformada
en un zumo
o
cortada a rodajas.
Menudo caos
y menuda tragedia!
Ella lo que quería
era viajar
pero de la mejor manera.
Así que con mucho esfuerzo
se fabricó una piernas
para salir corriendo
y que su esencia quedara intacta
para poder decir:
"No me comas!
Bésame!".
Escrito por María del Río.
viernes, 6 de mayo de 2011
ME GUSTAS.
Me gustan los que no marean.
Me gustan los imprevisibles.
Me gustan los que miran a la cara.
Me gustan los que esquivan la mirada por vergonzosos.
Me gustan los que rodean de manera sutil, original y honesta.
Me gustan los que muerden.
Me gustan los que suspiran cuando la miran.
Me gustan los decididos pese lo que pese.
Me gustan los incomprensibles pero leales.
Me gustan los que se ríen de si mismos y con ella.
Me gustan los que ebullen.
Me gustan los que silencian en el justo momento.
Me gustan los que no hacen subirte y bajarte de una montaña rusa.
Me gustan los espaciosos.
Me gustan los que viven en su mundo dejando que tú vivas el tuyo.
Me gustan los que respetan y más cosas.
Me gustan los que vibran.
Me gustan los que guiñan.
Me gustan los que fruncen.
Me gustan los que colorean y blanquean.
Me gustan los que descifran.
Me gustan los que tienen un peculiar andar.
Me gustan los que expresan sutilmente.
Me gustan los que te sonrojan sin quererlo.
Me gustan los que desaparecen a propósito y rápidamente te rescatan.
Me gustan los que sollozan.
Me gustan los que se caen y luego se levantan.
Me gustan los que escriben "de a dos".
Me gustan los que te piensan y te lo dicen de alguna manera.
Me gustan los pícaros.
Me gustan los que no pican.
Me gustan los curtidos y que no van de ello.
Me gustan los que retienen recuerdos.
Me gustan los que sueñan.
Me gustan los resolutivos.
Me gustan los silenciosos.
Me gustan los que acarician.
Me gustan los guerreros sin destrozarte.
Me gustan los que picantean.
Me gustan los que se pierden y luego se encuentran.
Me gustan los que esperan.
Me gustan los que sufren...y luchan para tenerte.
Me gustan los que sienten y padecen.
Me gustan los despistados pero los verdaderos.
Me gustan los de mirada fija e implacable.
Me gustan los que enseñan y dejan enseñarse.
Me gustan los que saltan pero no como los sapos.
Me gustan los que no se disfrazan.
Me gustan los que te rozan suavemente.
Me gustan los únicos e inimitables.
Me gustan los que se retuercen si te ven mal.
Me gustan los que te observan sin que te des cuenta.
Me gustas.
Hoy.
Y quizás mañana.
Escrito por Maria del Río.
Me gustan los imprevisibles.
Me gustan los que miran a la cara.
Me gustan los que esquivan la mirada por vergonzosos.
Me gustan los que rodean de manera sutil, original y honesta.
Me gustan los que muerden.
Me gustan los que suspiran cuando la miran.
Me gustan los decididos pese lo que pese.
Me gustan los incomprensibles pero leales.
Me gustan los que se ríen de si mismos y con ella.
Me gustan los que ebullen.
Me gustan los que silencian en el justo momento.
Me gustan los que no hacen subirte y bajarte de una montaña rusa.
Me gustan los espaciosos.
Me gustan los que viven en su mundo dejando que tú vivas el tuyo.
Me gustan los que respetan y más cosas.
Me gustan los que vibran.
Me gustan los que guiñan.
Me gustan los que fruncen.
Me gustan los que colorean y blanquean.
Me gustan los que descifran.
Me gustan los que tienen un peculiar andar.
Me gustan los que expresan sutilmente.
Me gustan los que te sonrojan sin quererlo.
Me gustan los que desaparecen a propósito y rápidamente te rescatan.
Me gustan los que sollozan.
Me gustan los que se caen y luego se levantan.
Me gustan los que escriben "de a dos".
Me gustan los que te piensan y te lo dicen de alguna manera.
Me gustan los pícaros.
Me gustan los que no pican.
Me gustan los curtidos y que no van de ello.
Me gustan los que retienen recuerdos.
Me gustan los que sueñan.
Me gustan los resolutivos.
Me gustan los silenciosos.
Me gustan los que acarician.
Me gustan los guerreros sin destrozarte.
Me gustan los que picantean.
Me gustan los que se pierden y luego se encuentran.
Me gustan los que esperan.
Me gustan los que sufren...y luchan para tenerte.
Me gustan los que sienten y padecen.
Me gustan los despistados pero los verdaderos.
Me gustan los de mirada fija e implacable.
Me gustan los que enseñan y dejan enseñarse.
Me gustan los que saltan pero no como los sapos.
Me gustan los que no se disfrazan.
Me gustan los que te rozan suavemente.
Me gustan los únicos e inimitables.
Me gustan los que se retuercen si te ven mal.
Me gustan los que te observan sin que te des cuenta.
Me gustas.
Hoy.
Y quizás mañana.
Escrito por Maria del Río.
martes, 3 de mayo de 2011
"Posibles" consecuencias del Fútbol.
Antes de empezar a leer este relato
os recalco que he escrito "posibles".
Espero que me entendais con este matiz.
Mientras el hombre con el puro en la boca
y barriga prominente
conduce en su gran coche
para ir al estadio a ver el fútbol,
la mujer se va a clases de bailes de salón.
No es por iniciativa propia.
Sino por la ausencia constante de su marido a causa de una gran prioridad.
El fútbol.
Ella descuidada y jamás valorada
siente desesperación
por ser una mera figurante
frente al gran protagonista llamado Balón.
Lo que él no sabe por puro desinterés
es que ella tiene cada noche de fútbol
a un hombre apuesto como pareja de baile.
Un hombre que ni siente ni padece con el fútbol
y sí con el contoneo del cuerpo de una mujer.
Ella recobra alegría
y su marido no nota nada.
Hasta que ella le pide el divorcio.
Por supuesto el DIVORCIO EXPRESS.
Él se acojona.
Ella ni se inmuta.
Al fin y al cabo ella sabe de sobras los escarceos de él.
Al cabo de un tiempo
él le promete que el fútbol no será tema de discordia nunca más.
Y ella
contagiada por la falta de personalidad de su marido
cae
como un balón
cuando ha terminado el partido.
Escritos por María del Río.
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