Si nos paráramos a pensar de qué está hecha nuestra biografía
individual, estoy segura que un 99% de nuestros recuerdos estarían
“endulzados” de cultura.
O mismamente desde que te levantas hasta que te vas a dormir. Un día
cualquiera está plagado de actos donde la cultura está “a tu lado”.
Poner música cuando te levantas, leer un libro en el metro, compartir
experiencias culturales con personas de otras nacionalidades a
cualquier hora del día, ir al teatro o tener tu propia compañía, ir a
una exposición y recibir sensaciones gratificantes con lo que ves, ir al
cine, etc.
Quizás no somos conscientes pero sin Cultura una sociedad queda vacía de conocimiento.
La Cultura es una realidad social en cuanto es una manifestación del
hombre. El ser humano tiene necesidades vitales para subsistir
(alimentarse, dormir, tener un cobijo), pero existen otras básicas una
vez estén éstas cubiertas. La necesidad de reflexionar sobre sí mismo,
expresarse y compartirlo con su entorno, es esencial para poder vivir en
sociedad.
Podríamos decir que esa necesidad imperiosa de abrirse al mundo
mediante todo tipo de vertientes artísticas es algo relativamente nuevo,
pero no es así. Hasta el “Hombre de las Cavernas” pintaba en las
paredes y no por imposición, sino por necesidad vital. Quizás ni ellos
mismos se planteaban el por qué lo hacían, pero sacaban hacia afuera ese
impulso innato de querer comunicarse a través de dibujos.
Michel Bassand, sociólogo suizo, decía que "la Cultura penetra
todos los aspectos de la sociedad, de la economía a la política, de la
alimentación a la sexualidad, de las artes a la tecnología, de la salud a
la religión".
Totalmente de acuerdo con lo que dijo, ya que la Cultura es un
conjunto de valores, creencias, actitudes y objetos materiales que
constituyen el modo de vida de una sociedad.
Por todo esto y más, reivindiquemos la importancia de la Cultura en nuestras Vidas y hagamos que sea igual para todos.
La Cultura no muerde, sino que revitaliza la vida de cada persona.