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miércoles, 3 de noviembre de 2010

Una Pinza y un Dedal.

Es Real.
Pero muy original.
Y es que no es para menos.
Su madre llevaba
la creatividad
en la sangre.
Desde bien pequeño
vio excentricidad en su casa.
Su madre trabajaba
en el garaje de la casa.
Tenía su pequeño taller de costura.
No le gustaban los locales
hechos y diseñados para eso.
Quería algo diferente.
Así que
era un taller de costura
con un "gran motor".
El de la creatividad.
Lo mismo te encontrabas un dedal
que una clavija para el coche.
Todo muy kitsch.
Eso sí.
Toda la gente
de la ciudad
(Berlín)
iba allí.
Tanto para
un descosido
como para acortar un abrigo.
Lo diferente de aquel lugar
es que siempre salías con una sonrisa.
No os puedo
desvelar
el porqué.
Id y lo comprobareis.
Por cierto
el hombre de la foto
es el hijo de la costurera.
Y es Real.
Escrito por María del Río.

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