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lunes, 30 de abril de 2018

El Mejor Affaire

No me gustan las imposiciones pero que te "impongan" diferentes personas que tengo que recopilar mis reflexiones en forma de libro, la cosa cambia.
Mi relación con la escritura es un tanto peculiar.
No podía ser de otra manera.
Cuando era adolescente y le ponía a mi padre en una nota que iba a llegar tarde, me las ingeniaba para hacerle sonreir y esquivar así la atención de que iba a llegar a las tantas.
Un día mi padre me dijo que tenía que escribir. Yo me sorprendí. Y me dijo que con 4 frases contaba mil sensaciones. Y eso no debía dejarlo escapar.
Así empezó mi affaire con la escritura.
A raíz de una mala experiencia escribí mi primer microrrelato en MySpace hasta ahora.
Jamás pensé que la escritura y yo pasáramos más de una noche juntas.
Pues me equivoqué.
Llevo más de 20 años escribiendo públicamente y no. Aunque mi mejor amiga me dice que algo más porque de pequeña ya apuntaba maneras en los textos libres del colegio por mi sensibilidad (eso lo decía ella y mi profesor de literatura).
No tengo técnica pero sí vivencias. Muchas.
Y si no escribo durante días, me ahogo.
Así que gusten o no mis letras y palabras, seguiré escribiendo lo que me plazca y cada vez con menos censura.
Y creo que pronto en forma de libro.
Paso a paso.
Subiendo escaleras ya he llegado al tercer piso o "andar" que me encanta en portugués.

Escrito por María del Río.
 

De Talle

Detalle.
Esa palabra siempre me ha gustado.
Pero si la pronuncio así: "De Talle".
Es más contundente a mi parecer.
Esa palabra me aviva si se lleva a cabo.
Una mirada de alguien sin que te des cuenta pero luego sí.
Un "estoy aquí y sin distorsiones".
Un paseo sin rumbo.
Un susurro al oído (mi preferido).
Silencios "Innovadores".
Sombras que se convierten en presencia reales.
Una palabra que coincide en dos bocas a la vez.
Una complicidad que hasta por momentos asusta.
Besar con garra.
Que te cojan con un brazo y tus pies salgan de la tierra por unos segundos.
No dejar pasar lo que quieras decir justo en ese momento.
Mirarse y saberse.
Sí.

Escrito por María del Río.
 

sábado, 28 de abril de 2018

B

Nunca me voy del todo.
Y mira que no me gustan los arraigos extremos pero claro la relación que tengo en este caso es muy de base.
Por no decir de nacimiento.
Y eso no se deja sin más.
He tenido broncas monumentales, reconciliaciones, odio, amor, desamor, rupturas y un sinfín de emociones contigo.
Y sigues ahí.
Fuerte, valiente, impasible, con seguridad, imponente, sin artificios.
Así eres tú.
Alguien a quien me es imposible separarme durante mucho tiempo.
Por qué?
Pues porque me das todo mi espacio y libertad, me respetas, no me exigues si llevo tiempo sin aparecer, me acoges siempre esté como esté y lo más importante, me quieres tal y como soy.
Gracias por esta relación tan especial y peculiar que tenemos desde ha
ce muchos años y que tanto me gusta.
Gràcies Barcelona.
Escrito por María del Río.

viernes, 27 de abril de 2018

Meditación

sta tarde me he encontrado con una "conocida" y sin decirme ni un hola, me suelta: Te veo tan bien María, estás meditando verdad?
A ver. La gente que me conoce sabe cuál ha sido mi reacción posterior.
Reirme. Sin maldad. Pero reirme, sí.
Le he dicho: No. No practico la meditación.
Ah no? Pues tía así no vas a encontrar la felicidad.
Y qué he hecho?
Reirme otra vez.
Me he sorprendido con la calma con la que me he comportado ante tal chorrada articulada por esa conocida.
Y no medito, no.
Le ha sentado mal que me riera y me ha vuelto a insistir que así no iba por buen camino.
He respirado (eso lo sé hacer desde que nací) y le he dicho unas cositas. Siempre con la calma. Mucha calma. No vaya a ser que no encuentre la felicidad.
Mira X hay una frase muy simple que siempre me ha recalcado mi padre que dice: "Vive y deja vivir".
Me parece muy bien que tú encuentres la paz, felicidad, equilibrio, tu YO y más estados anímicos con la meditación.
Pero si no respetas algo diferente de la otra persona, dónde está el equilibrio?
Yo te respeto, respétame a mi.
Y por cierto, yo es que lo de la búsqueda constante del equilibrio absoluto no va conmigo.
Me gusta ser imperfecta y es muy cansado ser funambulista. Prefiero caerme si hace falta para levantarme después. Ese es mi equilibro.
Y sí, con esto soy feliz.
Y me evado desde pequeña con música. Mucha música y escribiendo.
Y aunque tú no creas que haya alcanzado la "felicidad", pues sí.
Tengo la felicidad de estar viva y reirme mucho.
Pero insisto, me encanta que tú hayas encontrado tu bienestar con las terapias que creas mejor para ti pero yo tengo las mías.
Y una de ellas es poder seguir paseando con el tema musical que estaba escuchando.
Me ha gustado verte y que me vieras tan bien.
Tiene mucho mérito. Sin meditar tengo luminosidad en la cara.
También se puede.
Que cada uno viva como quiere y sin sentar cátedra.
Buenas noches.

Escrito por María del Río.

jueves, 26 de abril de 2018

La Manada

"Escríbeme un WhatsApp cuando hayas llegado a casa vale?".
Esta es la frase más recurrente cuando salgo por la noche y segura estoy que para muchas mujeres.
Y sí, no lo voy a negar.
Muchas veces he vuelto a casa con miedo y eso que vivo en un barrio céntrico de Madrid.
Miedo a cualquier ruido.
Cualquiera.
Terror de los pasos ajenos.
Acojone cuando creo que ese ruido se acerca cada vez más a mi.
Y cambio de acera, bajo la mirada y mis pasos se aceleran. Y lucho porque no se me note.
Y en la mano izquierda voy con el teléfono a punto para llamar a uno de mis mejores amigos que vive muy cerca mío.
Y en todo ese trayecto seguro que me topo con tíos que vuelven a su casa sin más pero los veo enemigos de repente.
Y seguro que se sienten mal por crear inconscientemente ese miedo.
Y mejor que no digan nada en ese momento porque entonces salgo corriendo acojonada.
Y llego a casa.
Miro hacia atrás, meto la llave y cierro rápidamente. Pero me queda el portal. Y subo corriendo hasta respirar ya en mi casa.
Esta es la sensación que toda mujer ha vivido en algún momento al volver a su casa.
Si bien algunos días vuelvo a casa tranquila, con lo que ha pasado hoy, voy a volver acojonada de ahora en adelante.
Porque me siento desprotegida.
Porque me siento desamparada.
Porque me siento vulnerable.
Porque me siento impotente.
Porque me siento desesperanzada.
Porque si me resisto a lo mejor me matan.
Y si no lo hago, he consentido que hagan conmigo lo que quieran.
Hoy siento indignación, tristeza y miedo.
Mucho miedo.
Y Asco.
Mucho Asco Justicia Española por tu injusticia a todas las MUJERES.
Basta ya joder.

Escritopor María del Río.

jueves, 19 de abril de 2018

La Escalera

Recuerdo que cuando estaba estresada con mil cosas, estas escaleras me daban todo lo que necesitaba.
Salía por mi puerta y me encontraba estas escaleras de hace más de 105 años.
Cogía música y me refugiaba en ella.
Normalmente escogía al grupo "The National".
Y hacían y cumplían su función.
Ordenar mi cabeza y pensar en aquel consejo de mi padre que dice: "María, trata de llegar a ser lo que tú eres y ya está. Sin presiones."
Hoy es un día de esos.
Esos días que saldría por la puerta y me refugiaría ahí.
En aquellas escaleras que tantas respuestas me dieron.

Ecrito por María del Río.
 

martes, 10 de abril de 2018

Disolución

Tan sólo hacía falta llegar a ese verbo.
Reconocer.
Reconocer que el viento cambió las tornas.
Cómo es el corazón de cambiante.
Pusilánime y Valiente. Y viceversa. Así todo el rato.
Ya no quería manta ni sentirse como un bebé al que cuidar.
Quería que la desnudaran, unirse con la otra persona y luego disolverse.
Tan sólo haría falta poner en marcha la turbina de su energía y alcanzar la plenitud yendo en busca de él.
Hubiera ido en globo pero la ayuda de una amiga lo hizo todo más fácil.
Una noche noctámbula junto a ella hizo que reconociera sus secretos más sinceros.
Y estaba claro.
Su lugar ahora era en una ciudad con palmeras y agua. Mucha agua.
Llegó.
Y su deseo se cumplió.
Se unió.
Y después se disolvió.
Escrito por María del Río.

domingo, 8 de abril de 2018

La Manera

Quizás uno de los encuentros que más le marcó a día de hoy fue con él.
Su nombre no le sorprendió.
Le sorprendió la sutileza a la hora de conocerla y su garra a la hora de seducirla.
Esa mezcla hizo que se quedara en shock.
Maestría la de él.
Que manera de rozar tan precisa.
Que manera de mirar.
Que manera de atontar.
Que manera de besar.
Que manera de conectar con todos los puntos.
Sí.
Que manera.
Y ahora, después de todo aquello que se generó sin adornos, tendrá que apañárselas para olvidar eso.
Esa manera de transformarla.

Escrito por María del Río.

Flaneur

El otro día mi padre me habló del término francés llamado "flāneur" y me gustó.
Viene a ser lo que en castellano llamamos "paseante" o "callejero" y su actividad es callejear sin rumbo y sin objetivo, dejándose llevar con lo que le ofrezca el paisaje.
Conozco unas cuantas personas que lo hacen.
Mi padre es uno de ellos, bastantes amigos y yo.
Nos lanzamos a fotografiar lo que nos de el paseo.
Normalmente miramos hacia arriba para ver todo el esplendor de los edificios.
Pero también miramos de frente y hacia los dos lados.
No te preocupes si paseas a nuestro lado, sabemos seleccionar perfectamente la mirada hacia ti.

Una mirada sincera y sin artificios.
Escrito por María del Río.

 

martes, 3 de abril de 2018

Ganas

Cuántas ganas te tengo.
No lo sabes.
Ganas de que me des el primer espasmo de golpe con tu fría saliva.
Ganas de que me lo des otra vez con tu ya saliva caliente.
Ganas de que me roces sin que me de cuenta para luego arrastrarme hasta el fondo. Muy al fondo.
Ganas de que me sorprendas como siempre haces.
Ganas de recorrerte de arriba a abajo y viceversa.
Ganas de que me cures como tú sabes.
Ganas de que me tranquilices para luego huracanarme todo el cuerpo con tu temperamento.
Ganas te tengo sí, mi querido Mar.

Escrito por María del Río.

Menuda Faena

Menuda faena cuando te dejas palabras que decir entre el aire de los pulmones y la glotis.
Sí.
Menuda faena.
Escrito por María del Río.