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sábado, 12 de marzo de 2011

AURIGNAC












Quién lo hubiera dicho.

Ni ellos lo hubieran pensado.

Años consumados

y pasos bien dados.

Pero con un matiz.

Separados.

Y es que la perfección

no existe.

Pero a veces ni te acercas a ella.

Me alegra poder escribir

que  aquí 

se produjo un reencuentro.

¿Algo que decir de la palabra "reencuentro"?

Sí.

Empiezo.

Si son para bien

desembocan

en un viaje lleno de espuma.

Como la del Cava.
 
Y del bueno encima.

Si son malos

desembocan

en un viaje lleno de gas.

De ese que te ahoga. 


En este caso

diré que fue un reencuentro

con sexo.

Pero con amor también.

Tampoco faltó

deseo y mucha garra.


Y es que la unión

de una mujer de bandera

y un hombre con un contrabajo

no puede ser perjudicial.

Más bien lo contrario.

Una unión pura

por no decir "puríssima".

Repito.

Fue un reencuentro

con sexo.

Pero con amor también.

Al fin y al cabo

consumaron lo más importante para esta pareja.

Hicieron la Música.

Que es la misma sensación

que hacer el amor.

Por eso

lo de sexo

pero con amor también.

La culpa la tuvo

en parte

Aurignac.

Que  por supuesto

no desvelaré

lo qué es.

Escrito por María del Río.

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