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domingo, 5 de diciembre de 2010

Y como la querían.

Sí.
No sabeis cuánto.
Cuando nació
las olas se enamoraron de ella.
Con ganas y garra.
En Fuerteventura
el viento y las olas
siempre están a la orden del día.
Pero el día que nació ella
las olas enloquecieron
y ya jamás pudieron ser libres.
Se rindieron a sus pies.
Y a su pelo moreno.
Y a su mirada irresistible.
A todo.
Fue algo jamás visto.
Las olas sintieron
lo que es querer a alguien de verdad.
Tenían alma.
Los surfistas no entendían nada.
Las olas se movían de un lado para otro
con excitación.
Llegó un día
que ella se marchó.
El motivo fue grande.
El Cine Español
también se había enamorado de ella.
Y es que no es para menos.
Las olas entristecieron
pero por poco tiempo.
Ella era fiel a su tierra y a su agua.
Escrito por María del Río.

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