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domingo, 22 de agosto de 2010

Era paciente

Lo había decidido.

Esa misma tarde.

Esperaría

hasta otoño

en esa vía de tren.

Y era primavera.

Esperaría

a que llegara

el tren destino

a París.

Esperaría

a que parara

a sus pies.

Y también

que se rindiera a sus pies.

Y querría

que el maquinista

le regalara

globos.

Era paciente.

Pero también

impaciente.

Escrito por María del Río.


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