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viernes, 22 de enero de 2010

La Luna

Cuando era pequeña

le decía a mi padre

que me comprara

una escalera verde botella

muy alta

para llegar a la Luna.

Yo estaba

segura

de que con ella

llegaría a tocarla.

Mi padre

no quería

que me entristeciera

y siempre me decía

que estaba buscando

un material muy resistente

para que no me cayera de la escalera.

No quería

que mi sueño

se desvaneciera.

El tiempo me dio

la respuesta.

Pero

sigo pensando en esa escalera

verde botella.

Hoy ha llegado el día.

Me han regalado poder llegar

a la Luna.

No ha sido una escalera verde botella.

Ha sido más que eso.

Un

silencio

ha sido mi reacción.

Un silencio

lleno de palabras

nada huecas.

Y es que

que te regalen

poder llegar a la Luna

es algo que escasea.

Una delicia de viaje.

Una sensación extasiante

poder tocarla y acariciarla.

Y si te la regala tu padre mejor que mejor.

Escrito por María del Río.

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