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sábado, 19 de diciembre de 2009

Perdonad mi Osadía

Me había prometido no escribir

sobre la dichosa Navidad.

Sí!

Digo "dichosa"

porque va a acabar conmigo.

Todo tiene

un gran fundamento.

Al menos para mí.

Que no es poco.

Afortunadamente

vivo en en el Centro

de la Ciudad más céntrica

Española.

Pero durante el Mes de Diciembre

le cojo

especial manía a esta zona.

Por no decir

que mi locura

alcanza cotas altas

rozando otros estares.

Empecemos

por eso de las "famosas pelucas".

Ese "momento"

en el que veo a un niño

con una de ellas...

Mi bloqueo comienza

cuando

subo mi mirada

y veo al padre igual

y a la madre

y a la abuela

y al tío abuelo.

Todos con la misma peluca.

¿Realmente es necesario?

¿Qué sentido tiene Carnaval entonces?

Bueno para mí niguno tampoco.

Si la vida ya es un circo...

para qué abusar de más disfraz?

Otro motivo antinavideño

es ese"momento"

en el que quieres ir a comprar el pan

y no puedes.

Y es así.

No puedes.

Necesitamos un metro para cruzar calles.

Como de la Calle Mayor a la Plaza Mayor.

Y no exagero.

No digamos ya ese "momento"

de verte paralizada en medio de la Gran Vía

y ver que la gente se "emociona"

con las típicas tiendas que hay todo el año.

¿ Qué te dan de novedoso en H&M, Zara, Mango, Bershka...?

¿Viajes a la Luna, 10 por 1, un sueldo para toda la vida?

No me lo explico.

Perdonad mi Osadía.

Pero...

Aquí...la servidora...

no está hecha para estos menesteres navideños.

Estoy hecha para toda la vida

con más

o

con menos

pero para todos los días

que me den

en este

Planeta Terráqueo.

Así que acepto

invitaciones

para vivir fuera del centro de Madrid

durante este mes.

Escrito por María del Río.

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