Miércoles.
Para él ese día de la semana
nunca tenía explicación.
Era el punto intermedio de un antes y un después.
El chico.
De mirada
implacable
ojerosa
de escándalo
Un miércoles lluvioso.
Lluvia externa pero también interna.
Caminaba.
Se ahogaba.
Corría.
Gritaba.
Se agitaba.
Saltaba.
Solo en esa calle.
Todo en blanco y negro.
En la calle paralela a esa
una chica.
También sola.
Ella
con una sonrisa que delataba
picardía y sorpresa.
Le acababan de dar un beso.
Un "beso empapado".
Dos estares diferentes.
Dos bocas que habían estado
empapadas hacía escasos minutos.
Dos torsos que se distanciaban después.
Él...
inseguro por no saber
que pensaba ella.
Ella...
segura
de "ese beso empapado".
Dos calles que llegarían a un punto común
si ellos quieren.
Escrito por María del Río.
sábado, 19 de diciembre de 2009
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